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viernes, 27 de febrero de 2015
lunes, 27 de mayo de 2013
TÉCNICAS EN TERAPIA FAMILIAR SEGUNDA PARTE
Técnicas de terapia familiar
Editorial Paidos
Salvador Minuchin
H. Charles Fishman
RESUMEN SEGUNDA PARTE
7. ESCENIFICACIÓN
En esta técnica el terapeuta pide a los miembros de la familia que dancen en su presencia. Así construye una secuencia interpersonal en la sesión, en que se pone en escena interacciones disfuncionales entre los miembros de la familia. Algunas de sus ventajas terapéuticas de esta técnica son: facilita la formación del sistema terapéutico, ofrece a los miembros del sistema un contexto para experimentar situaciones concretas. La escenificación se puede considerar en tres movimientos: interacciones espontaneas, organización de secuencias y diferentes modalidades de interacción.
8. ENFOQUE
Cuando observa a una familia, el clínico es inundado de por los datos.es preciso deslindar fronteras, poner de relieve los lados fuertes, señalar los problemas, investigar funciones complementarias. El terapeuta selecciona y organiza los datos en un esquema que les confiera sentido y promueva el cambio. Es preciso enfocar y desechar lo que para el momento no es útil para la meta terapéutica.
9. INTENSIDAD
Surge como la dificultad que el terapeuta experimenta para poder hacer llegar su mensaje al sistema y que esta oiga lo que el terapeuta expresa para esto es necesario superar el umbral de “sordera” de la familia.
Repetición del mensaje
Un mensaje se repite muchas veces en el curso de la terapia, la repetición puede recaer en el contenido como en la estructura.
Repetición de interacciones isomórficas
La estructura familiar se manifiesta en una diversidad de interacciones que responden a un mismo sistema de reglas y en consecuencia son equivalentes desde el punto de vista dinámico. El cuestionamiento de estas estructuras (morfos) equivalentes (iso) producen intensidad por la repetición de mensaje dentro de un proceso. Esta intervención puede enfocar interacciones que interesan a la terapia y reunir sucesos en apariencia desconectados en un significado orgánico único, con lo cual se acrecienta la experiencia que los miembros de la familia tienen de la regla familiar constreñidora.
Modificación del tiempo
Los miembros de la familia han elaborado un sistema de notación que regula el tiempo y el compás de su danza. La técnica consiste en que el terapeuta alienta a los miembros de la familia para que continúen interactuando después de que las reglas del sistema han puesto luz amarilla o roja. El paso de lo habitual a lo no familiar permite que experimenten nuevas formas de interacción.
Cambio de la distancia
La familia ha elaborado el sentimiento de distancia “adecuada” que deben mantener entre sí. El cambio de la distancia que se mantiene automáticamente puede producir un cambio en el grado de atención al mensaje, lo anterior es aplicable no solo a la distancia física sino también a la psicológica. Son movimientos de avance y retroceso, cambios en la posición recíproca.
Resistencia a la presión de la familia
El “no hacer” puede producir intensidad en la terapia, sobre todo cuando el terapeuta no hace lo que el sistema familiar “desea que haga”. Con la resistencia a ser absorbido por el sistema el terapeuta introduce intensidad en la terapia.
10. REESTRUCTURACIÓN
El terapeuta tendrá que incorporarse a las interacciones del sistema diferenciando y delineando las fronteras de los holónes a fin de hacer sitio a la flexibilidad y el crecimiento. Puesto que la terapia supone un cuestionamiento de la estructura familiar, es preciso que el terapeuta comprenda el desarrollo normal de las familias y el poder que las reglas delo holónes ejercen sobre el integro desarrollo de los miembros de la familia. Hay tres técnicas principales para cuestionar la estructura de holón de la familia. Las técnicas de fijación de fronteras están destinadas a modificar la participación de los miembros de diferentes holónes. El desequilibramiento modifica la jerarquía de las personas dentro de un holón. Y la complementariedad cuestiona la idea de la jerarquía lineal.
11. FRONTERAS
Esta técnica regula la permeabilidad de las que separan a los holónes entre sí. Apuntan a la distancia psicológica entre los miembros de la familia y a la duración de la interacción dentro de un holón significativo.
Distancia psicológica
Es preciso investigar los indicadores espaciales, quien interrumpe, completa información, quién proporciona confirmación y quién ayuda; relaciones de proximidad, alianzas, coaliciones, diadas o triadas funcionales además de pautas que expresan la estructura y la sustentan. También se pueden utilizar constructos cognitivos o maniobras concretas para crear fronteras nuevas.
Duración de la Interacción
Extender o alargar un proceso para incrementar su intensidad y como recurso para demarcar subsistemas o separarlos. En estas situaciones el contenido de la interacción importa menos que el hecho de que ella se produzca.
12. DESEQUILIBRAMIENTO
El desequilibramiento tiene la meta de cambiar el vínculo jerárquico entre los miembros de un subsistema. El terapeuta se utiliza así mismo para cuestionar y modificar la distribución del poder en el seno de la familia, el terapeuta puede entrar en coparticipación y apoyar a un individuo de la familia situado en un lugar inferior de la jerarquía, y le confiere poder en lugar de quitárselo. Desconoce la central de operaciones de la familia. Coparticipa con uno de los miembros en una coalición que ataca a otros. Estas operaciones estorban el reconocimiento de las señales por medio de las cuales los miembros de la familia se indican la corrección de su conducta interpersonal. Estas técnicas de desiquilibramiento presentan dos problemas, el primero de carácter ético y el segundo se refiere a las exigencias que impone al terapeuta. Finalmente estas técnicas se pueden agrupar en tres categorías, según las exigencias que planteen al terapeuta en materia de participación personal. El terapeuta se puede aliar con miembros de la familia, ignorarlos o entrar en coalición con unos contra otros.
Alianzas con miembros de la familia
El terapeuta confirma a las personas, resalta su lado fuerte y se convierte para ellas en una fuente importante de autoestima. La alianza esta destina a modificar la posición jerárquica de un miembro dentro del sistema familiar.
Alianza alternante
La alianza alternante puede producir un cambio en la pauta jerárquica de la familia y consiste en atribuir a cada subsistema pericias diferentes y complementarias, de esta forma en lugar de competir por la jerarquía se ensayan nuevas modalidades de relación en un marco más amplio.
Ignorar a miembros de la familia
Esta técnica demanda la capacidad de hablar y obrar como si ciertas personas fueran invisibles. Los miembros de la familia desconocidos se sienten cuestionados en su derecho de ser reconocidos; entonces se rebelan contra el terapeuta. Esta última interacción posibilita un realineamiento de las jerarquías familiares.
Coalición contra miembros de la familia
El terapeuta participa como miembro de una coalición contra uno o más miembros de la familia. Esta participación directa del terapeuta le impone poseer la capacidad de llevar adelante un enfrentamiento y utilizar su posición de poder para cuestionar y descalificar la pericia de un miembro de la familia. El éxito de esta estrategia exige que los miembros de la familia acepten que esta transformación es valiosa en beneficio de toda la familia. Cuando el terapeuta se coaliga con un miembro de la familia a fin de desiquilibrar un sistema, el puesto que ocupa dentro de la coalición organizará su conducta y es posible entonces que pierda perspectiva terapéutica. El único escudo capaz de proteger al terapeuta en una epistemología sistémica. Debe trabajar con la idea teórica y experimental de que la familia es un organismo único. Compuesto por una multiplicidad de individuos.
13. COMPLEMENTARIEDAD
Una de las metas de la terapia familia es ayudar a los miembros a que vivencien su pertenencia a una entidad que rebasa el si mismo individual. Lo anterior también apunta a modificar la relación jerárquica entre los miembros de la familia pero cuestionando la idea íntegra de jerarquía. Para lograrlo el terapeuta cuestiona la epistemología habitual de los miembros de la familia en tres aspectos, cuestiona el problema, cuestiona la idea lineal de que un miembro controla el sistema y cuestiona el modo en que la familia recorta los sucesos.
Cuestionamiento del problema
El primer cuestionamiento del terapeuta a la certidumbre de que existiría un paciente individualizado, con independencia del contexto, puede ser simple y directo. Por lo tanto observa los datos que arroja el sistema y los considera por referencia al modo en que las personas actúan y son activadas dentro de un contexto. De este modo se cuestiona la forma en la se experimenta la realidad y se introduce incertidumbre.
La familia puede reaccionar de distintos modos ya sea reafirmando la realidad que sustentan o extendiendo el problema a más de una persona. El terapeuta puede utilizar el trabajo de la paradoja para introducir confusión en la realidad de la familia, puede proponer que el síntoma se mantenga, puesto que contribuye a la salud de la familia como un todo.
Cuestionamiento del control lineal
Cuestionar la idea de que un solo miembro puede controlar el sistema familiar. Aquí se puede utilizar una técnica para apuntalar el concepto de reciprocidad de la conducta y consiste en exponer la conducta de un miembro de la familia y atribuirle a otro la responsabilidad de esa conducta. Esta técnica también se puede utilizar para señalar una mejoría.
Cuestionamiento del modo de recortar los sucesos.
Se cuestiona la epistemología de la familia introduciendo un concepto de un tiempo ampliado y encuadrando la conducta individual como parte de un todo más vasto. Algunas técnicas de índole cognitivo que se puede usar para este fin son: indicar a los miembros de la familia que sus interacciones están gobernadas por reglas y señalar el isomorfismo de las interacciones. De este modo el terapeuta tendrá que ampliar el foco de la atención de los miembros de la familia, enseñándoles a ver no cada movimiento, sino el conjunto de la danza. Deberán vivenciar la pauta integra, y no meramente la secuencia de la acción, respuesta y contrarrespuesta.
14. REALIDADES
Una familia no solo tiene estructura, sino un conjunto de esquemas cognitivos que legitiman o validan la organización familiar. La estructura y la estructura creída se apoyan y se justifican entre sí, y cualquiera de ella puede ser la vía de acceso a la terapia. Todo cambio en la estructura de la familia modificara su visión del mundo, y todo cambio en la visión del mundo sustentada por la familia será seguido por un cambio de la estructura. Al acudir a la terapia la familia presenta su percepción restringida de la realidad y quiere que se restaure su funcionamiento habitual; el terapeuta deberá ofrecer una realidad diferente utilizando los hechos que la familia reconoce como verdaderos para edificar un ordenamiento nuevo. Las fortalezas y las limitaciones son el cimiento de la reestructuración.
La concepción del mundo de la familia
La realidad parece ser la Rosa y el Fresno más el orden en que tú y yo la disponemos. Lo que reconocemos en los hechos es el significado que atribuimos al agregado de los hechos. Pero falta dar otro paso: la realidad se tiene que compartir con otros; con otros que la validen.
La elaboración de una concepción del mundo
Esta concepción del mundo validada socialmente encuadra a la realidad que encuadra a la persona. “el individuo se experimenta a sí mismo como tal, pero no de manera directa, sino solo indirectamente desde el punto de vista particular de otros miembros individuales del mismo grupo social global al que pertenece(…) el propio proceso social es el responsable del surgimiento del sí-mismo, que no existe como sí-mismo fuera de este tipo de experiencia”. El sí mismo en contexto es parte también del contexto de otros significativos. La familia es la media social donde las reglas sociales se cortan a la medida de la experiencia específicamente individual y por esta razón es la familia donde se puede investigar las características orgásmicas del individuo en contexto.
Validación de una concepción del mundo
El modo en que la familia elabora y valida su estructura es análogo al proceso por el cual la sociedad crea sus instituciones. Peter Berger y Thomas Luckman distinguen cuatro niveles de legitimación de las instituciones sociales: simple vocabulario o la presentación de la realidad por medio del lenguaje (la forma en que la familia emplea las palabras), mediante esquemas explicativos que confieren sentido a los hechos (mitos e historia familiar que organizan tanto presente como futuro); estos dos esquemas son pragmáticos y se relacionan con la acción concreta. El tercer nivel es la legitimación que contiene la teoría explicita y proporciona el marco de referencia para la conducta, finalmente el cuarto nivel de legitimación del universo simbólico, que integra en una totalidad diferentes provincias de sentido.
Cada uno de estos niveles encuentra su análogo en la elaboración de la concepción del mundo de la familia y todos ofrecen un abordaje terapéuticos que permite cuestionar el modo en que la familia valida su realidad.
Cuestionamiento de la concepción del mundo
El terapeuta procura presentar alguno de los diferentes universos parciales que se sitúan fuera del núcleo básico de universo de la familia y que sus miembros ignoran. Él sabe que éstos interpretan la realidad de la familia desde la perspectiva de los holónes que constituyen. Por lo tanto la interpretación de los universos transmitidos y de la atipicidad es una cuestión de perspectiva. Y es posible modificar las perspectivas. Las concepciones alternativas no se deben encuadrar en un mundo diferente; la gente tiene miedo a lo nuevo. Algunas técnicas que permiten cuestionar la manera en que la familia legitima su estructura son: el empleo de constructos cognitivos, el uso de paradojas y la búsqueda de lados fuertes de la familia.
15. CONSTRUCCIONES
La familia ha construido su realidad presente en un proceso de organización de los hechos que iban manteniendo sus ordenamientos, institucionales. La familia eligió un esquema explicativo preferencial y este puede y debe ser cuestionado y modificado, lo que pondrá al alcance de la familia modalidades nuevas de interacción.
El terapeuta empieza por aflojar la rigidez del esquema preferencial, desestima algunos hechos que la familia presenta y selecciona la realidad terapéutica con arreglo a la meta terapéutica. El terapeuta organiza el campo de la intervención y su aporte puede llegar a modificar la explicación que la familia da de su realidad. La libertad del terapeuta está determinada por su propia biografía y la estructura familiar. Las técnicas para modificar la realidad de la familia se agrupan en tres categorías principales: utilización de símbolos universales, de verdades familiares y el consejo profesional.
Símbolos universales
La fuerza de las construcciones universales reside precisamente en que se refieren acosas que todo el mundo conoce, el terapeuta recurre a ellas para edificar una realidad diferente
Verdades familiares
El terapeuta presta atención a las justificaciones que la familia aduce para sus interacciones y utiliza su misma concepción del mundo para extender su misma modalidad de funcionamiento.
Consejo especializado
El terapeuta presenta una explicación diferente de la realidad de la familia y la basa en su experiencia conocimiento o sabiduría. Puede desplazar las posiciones de explicación o interpretar la realidad de los diferentes miembros y apoyar la atipicidad. Regularmente las prescripciones se hacen cuando se trabajan con paradojas donde el terapeuta está en la posición de especialista.
16. PARADOJAS
El empleo de las paradojas se basan en tres supuestos: la familia es un sistema autorregulador, el síntoma es un mecanismo de autorregulación y la resistencia al cambio que es consecuencia de los dos anteriores. Como el síntoma se utiliza para regular un aparte disfuncional del sistema, si el síntoma es eliminado, esa parte del sistema quedará sin regulación. Las paradojas se emplean como instrumento clínico para enfrentar la resistencia y evitar una lucha de poder entre la familia y el terapeuta. No se trata de eliminar el síntoma sino saber qué sucederá cuando se lo elimine, el tema terapéutico pasa del problema al modo en que la familia podrá sobrevivir sin él.
Las intervenciones se pueden clasificar como directas o basadas en la aceptación, por el hecho de que el terapeuta espera que la familia las aceptara y como paradójicas o basadas en el desafío.
Intervenciones directas basadas en la aceptación
Se entienden los consejos, explicaciones, sugerencias, interpretaciones y tareas destinadas a que se las tome libremente y se las respete como se las prescribió. Su objetivo es modificar de forma directa las reglas y los roles de la familia.
Intervenciones paradójicas basadas en el desafío.
Es paradójica porque al obedecerse se obtiene se obtiene lo opuesto de lo que se desea pretender. Su éxito depende de que las familias desafíen las instrucciones del terapeuta u obedezca a ellas hasta un grado tan absurdo que se vea obligada a retroceder. Su objetivo es la interacción oculta que se expresa en un síntoma. Las técnicas más utilizadas para idear y aplicar una paradoja son la redefinición, la prescripción y la restricción. La redefinición modifica el modo en que la familia percibe el problema posteriormente se prescribe como conclusión inevitable de la lógica de la propia familia aquel mismo ciclo de interacción que es el que produce el síntoma. Para prescribir este ciclo es prerrequisito un conocimiento amplio de la relación entre el síntoma y el sistema y el modo en que se activan entre sí. Los dos errores más comunes son prescribir el síntoma sin conectarlo con el sistema o limitarse a solo prescribir el síntoma.
Inversiones basadas en aceptación y desafío.
El terapeuta imparte directivas a un miembro de la familia para que invierta su actitud o su conducta en un aspecto decisivo, con la esperanza de provocar de ese modo una respuesta paradójica en otro miembro de la familia. Esta intervención se utiliza cuando se tiene la impresión de que un segmento de la familia es capaz de invertir una posición nuclear que afectará a otro segmento.
El grupo de consulta como coro griego.
La utilización de un grupo de consulta como refuerzo de intervenciones del terapeuta. El grupo está compuesto de colegas que se turnan observándose detrás de un falso espejo y hacen comentarios en el momento sobre la interacción de la familia y el terapeuta
Fidelidad a la paradoja sistémica
Después de formulada y pronunciada la paradoja sistémica se presenta la difícil tarea de mantenerse fiel a ella.
17. LADOS FUERTES
Por desdicha los terapeutas no han asimilado el axioma. Rendimos tributo, sí, a los lados fuertes de la familia y nos referimos a ellos como la matriz del desarrollo y la cura. Por el contrario localizamos la perturbación psicológica, la clasificamos y la erradicamos, somos expertos certificados en defender lo normal mediante la elaboración y el sustento de una tipología que encuadra la atipicidad como enfermedad mental.
Los defectos de la familia.
La terapia familiar no pretende categorizar a las familias como normales o atípicas, los terapeutas familiares saben que el ser humano s un holón pero en algún sentido la pertenencia indispensable a ese holón se concibe como derrota: una pérdida de individualidad.
Aportes de la familia
Milton Erickson apuntaba en su trabajo con individuos que estos poseen un reservorio de sabiduría aprendida y olvidada, pero siempre disponible. Las familias acuden a un terapeuta especializado cuando están atascadas en un situación que demanda cambios cuya posibilidad ellas no advierten en su repertorio, en ese momento concentran las dificultades en uno de sus miembros y reducen la búsqueda de alternativas por que la han definido como atípico. Si se cuestiona esta visión de las cosas y se enfoca en las capacidades curativas contenidas en la familia, el resultado puede ser una transformación de la realidad aprehendida por aquella.
Alternativas de interacción
El terapeuta no debe aceptar los estereotipos disfuncionales presentados por la familia. Los componentes disfuncionales no son más que los segmentos del integro potencial de la familia que están más al alcance del organismo familiar en la situación por la que atraviesan.
18. MÁS ALLA DE LA TÉCNICA
Más allá de la técnica está la sabiduría, que es el conocimiento de la conexión que une las cosas entre sí. “la sabiduría –sostiene Gregory Bateson- no sólo exige conocimiento de los hechos que atañen a los circuitos, sino un conocimiento consciente, con raíz en la experiencia tanto intelectual como afectiva, que sea la síntesis de ambas”. Cuando las técnicas se guían por esa sabiduría, la terapia se convierte en arte de curar.
TÉCNICAS DE TERAPIA FAMILIAR
Técnicas de terapia familiar
Editorial Paidos
Salvador Minuchin
H. Charles Fishman
RESUMEN PRIMERA PARTE
1. ESPONTANEIDAD
El entrenamiento en la terapia de familia debe ser esencialmente una enseñanza de técnicas que el discípulo olvide después que las dominó, es decir, trascender lo técnico.
El arte de la terapia de familia consiste en coparticipar con una familia experimentar la realidad como sus miembros la vivencian y envolverse en las interacciones repetidas que dan forma a la estructura familiar y plasman el pensamiento y la conducta de las personas. Además, instrumentar esa coparticipación, convertirse en un agente de cambio dentro de las reglas del sistema con modalidades de intervención que sólo son posibles en esa familia, para producir un modo de vida más productivo.
Espontaneidad terapéutica.
Es el uso que el terapeuta hace de sí mismo para introducirse al sistema y responder a las circunstancias en armonía con las mismas reglas del sistema. En este sentido un terapeuta espontaneo es el que ha sido entrenado para emplear diferentes aspectos de sí mismo en respuesta a contextos sociales diversos, teniendo la libertad de reaccionar y moverse dentro de una gama de posibilidades en un contexto determinado (el propio sistema). La espontaneidad del terapeuta la determina el contexto terapéutico.
Métodos de formación
El terapeuta espontaneo debe tener conocimientos sobre las características de las familias como sistemas, el proceso de su transformación y la participación del terapeuta en ese proceso. Las habilidades se trasmiten por vía inductiva durante sesiones y supervisión hasta lograr una generalización.
Para la formación de terapeuta debe haber una relación armoniosa entre los conceptos y la práctica. Para esto una primera fase consiste en la observación, aquí, los maestros enseñan su estilo terapéutico en vivo o filmes y los discípulos observan a través de un falso espejo. Al mismo tiempo otro maestro interpreta los movimientos del terapeuta para los aprendices y los incita a la discusión y al análisis. De este modo se analizan los estilos y se estimula a que los discípulos busquen su propio estilo.
La segunda fase consiste en la supervisión de las sesiones de terapia que conducen los aspirantes ya sea en vivo o en filmes. El maestro y demás aspirantes observan, analizan y discuten la intervención desde un falso espejo y de ser necesario el maestro puede intervenir a través de una llamada telefónica. Esta intervención respalda al aspirante, le da confianza y le permite un mejor entrenamiento con una situación real.
El desarrollo de la espontaneidad requiere pues el desarrollo del propio estilo, para lo cual se tendrá que aprender la técnica y olvidarla una vez que se haya aprendido para poder pasar al desarrollo del verdadero terapeuta con estilo propio y no quedarse como un experto en técnicas. Pasa entonces de la observación de interacciones particulares las generalizaciones de las estructuras y comienza a elaborar sus propios métodos.
2. FAMILIAS
La familia es el contexto natural para crecer, recibir apoyo, ha elaborado sus propias pautas de interacción las cuales constituyen la estructura familiar que rige el funcionamiento y comportamiento de los miembros. Las familias crean sus propios mecanismos de regulación y control. El terapeuta al intervenir en la familia la contempla como el todo, que es más que la suma de sus partes.
Una de las complicaciones al intervenir en familia es la dificultad conceptual, por ejemplo para designar unidades de más de un miembro. Ante esta situación se propone la palabra holón del griego holos (todo) y el sufijo on (partícula o parte) es decir que es todo y una parte al mismo tiempo. Cada holón despliega su energía en favor de su autonomía y autoconcervación como un todo y es también vehículo de energía integradora en su condición de parte. De este modo la parte y el todo se contienen recíprocamente en un proceso continuado, actual, corriente, de comunicación e interrelación.
Holón individual
El holón individual incluye el concepto de sí mismo en contexto. El individuo influye y se ve influido por las personas con las que interactúa a través de un proceso circular y continuo de influjo y refuerzo reciproco que tiende a mantener la fijación de pautas. Es fácil considerar a la familia como una unidad y al individuo como un holón de esa unidad, sin embargo el individuo puede contener otros aspectos que no están en su holón de familia, porque puede pertenecer a otros contextos al mismo tiempo. por lo tanto la variedad de conductas que se pueden incluir en el programa de la familia depende de la capacidad de esta para absorber e incorporar energía e información de los ámbitos extrafamiliares.
Un contexto determinado puede permitir el surgimiento de nuevas posibilidades que las personas no habían explotado. El terapeuta experto en ampliar contextos permite a la familia elaborar alternativas más viables para la solución de problemas.
Las familias tienen subsistemas diferenciados, las tres unidades que poseen significación además del individuo son: los subsistemas conyugal, parental y de los hermanos.
Holón conyugal
Se puede conceptualizar el comienzo de la familia como el momento en el que dos adultos se unen con el propósito de formarla. Ambos traen un conjunto de valores y de expectativas explicitas e implícitas que muchas veces son diferentes y que con el paso del tiempo será necesario que se vayan conciliando. Tendrán que fijar límites que protejan de que se inmiscuyan otros parientes o personas en el subsistema. Se perderá individualidad pero se ganará pertenencia. Estas pautas establecidas determinan el modo en el que se experimentan los cónyuges dentro de un contexto matrimonial. El subsistema de los cónyuges es un poderoso contexto para la confirmación o para la descalificación y su disfuncionalidad repercutirá en toda la familia.
Holón Parental
Incluye la crianza de los hijos y las funciones de socialización. Permiten que el niño se desarrolle y aprenda lo que se puede esperar de personas con más recursos, fuerza, autoridad, se va modelando las expresiones de los sentimiento, como afrontar conflictos y como negociar.
Una de las funciones del terapeuta es descubrir quiénes son los miembros que pertenecen al subsistema, debido a que muchas veces puede incluir a otras personas. Cuando la familia se atasca en los problemas de control y recurre a la terapia es esencial que el terapeuta esté atento a todos los miembros en el mantenimiento de la interacción disfuncional, en la eventual solución del problema y con los recursos que la familia misma pueda poseer.
El holón de los hermanos
Constituye para los niños el primer grupo de iguales, en donde aprenden a elaborar sus propias pautas de interacción que cobrarán significación cuando ingresen a grupos de iguales fuera de la familia.
Los terapeutas deben recordar que las familias son holónes insertos en una cultura más amplia, y que la función de ellos es ayudarlas a ser más viables dentro de las posibilidades existentes en sus propios sistemas culturales y familiares.
El desarrollo y el cambio
La familia no es una entidad estática, se encuentra en un proceso de cambo continuo y evolución en el tiempo. Como organismo vivo tiende a la conservación y a la evolución es decir adaptarse y cambiar. A diferencia de las estructuras en equilibrio, la familia es un sistema abierto con fluctuaciones del interior y el exterior y van modificando su estructura, en otras palabras “una estructura nueva es siempre el resultado de un inestabilidad”.
El desarrollo de la familia transcurre en etapas que siguen una progresión de complejidad creciente. Hay periodos de equilibrio y adaptación, caracterizados por el dominio de las tareas y aptitudes pertinentes. Los periodos de desequilibrio permiten el salto a un estadio nuevo. Este modelo de desarrollo comprende cuatro etapas principales en torno al crecimiento de los hijos: la formación de la pareja, la familia con hijos pequeños, la familia con hijos en edad escolar o adolescentes y la familia con hijos adultos.
La formación de la pareja
En este estadio se elaboran las pautas de interacción que constituyen la estructura del holón conyugal. Se establecen mediante la negociación las fronteras y las nuevas pautas en relación con los demás. Se crean reglas sobre la intimidad, jerarquía, cooperación y poco a poco tendrán que ir cesando en la individualidad y tendrán que r comprendiendo que la pertenencia es enriquecedora y no limitadora.
Familia con hijos pequeños
Sobreviene con el nacimiento del primer hijo, el holón conyugal se de1be reorganizar para enfrentar las nuevas tareas y se vuelve indispensable la elaboración de nuevas reglas. Ne este caso el terapeuta debe empujar al padre hacia la madre y el hijo reinsertándolo en funciones parentales y ayudándolo a elaborar una visión más compleja y diferenciada de sí mismo dentro de los holónes conyugal y parental. Con la llegado de un segundo hijos es preciso instituir un mapa más complejo y diferenciado de la familia, incluyendo el holón de hermanos.
La familia con hijos en edad escolar o adolescentes
Inicia cuando los hijos comienzan a ir a la escuela, el sistema se reorganiza nuevamente y se crean nuevas pautas entorno al ambiente y actividades escolares. El niño compara sus pautas con las de sus compañeros, la negociación es fundamental para el establecer nuevos límites, autonomía y control.
Durante la adolescencia se pueden desorganizar las pautas establecidas en la familia como parte de las necesidades sexuales, demandas escolares, y desafíos competidores del grupo de pares. En este estadio comienza el proceso de separación.
La familia con hijos adultos
Ahora los hijos son adultos jóvenes, crean sus propios compromisos estilo de vida… la familia originaria vuelve a ser de dos miembros, se experimenta el “nido vacío” donde el subsistema conyugal vuelve a ser el holón familiar esencial para ambos.
La terapia es el proceso por el cual se toma a una familia que se ha atascado en un punto de del desarrollo y se crea una crisis que la empujará en el sentido de su propia evolución.
3. COPARTICIPACIÓN
Dese el comienzo el terapeuta de familia debe tomar cierta posición de liderazgo. Familia y terapeuta comienzan la terapia con las mismas metas. Lo común es que los miembros de la familia individualicen en uno de ellos la localización del problema. Esperan que el terapeuta se concentre en él y procure cambiarlos. Pero para el terapeuta el paciente solo es el portador del síntoma y la causa del problema son las interacciones disfuncionales de la familia.
Familia y terapeuta constituyen una meta compartida: librar de síntomas a quien es su portador en la familia, reducir el conflicto y la tensión para la familia como un todo y aprender nuevos modos de superar dificultades.
La instrumentación del terapeuta
Consiste en el empleo que el terapeuta hace de sí mismo para introducirse en el sistema y promover un proceso de cambio en la familia. Existe una variabilidad de formas en la que terapeuta se instrumenta para alcanzar liderazgo del sistema terapéutico. Whitaker recurre a un coterapeuta, la escuela de Milán presenta a dos terapeutas en la sesión y son apoyados por otros dos miembros del equipo, planifican para producir resistencia en la familia y tratan de evitar ser prisioneros de conflictos subsistémicos. Murray se mantiene como un instructor y se empeña en mantener un ambiente tranquilo en lo emocional.
Por otra parte desde este modelo se busca que el terapeuta este cómodo en cualquier nivel de participación. Y aunque existen limitaciones estas son determinadas por las características individuales y los rasgos particulares de la familia. Coparticipar con la familia es hacer saber a sus miembros que el terapeuta comprende y trabaja con ellos y para ellos.
El terapeuta puede hacerse coparticipe de la familia desde diferentes posiciones de proximidad. Distintas técnicas de coparticipación corresponden a una posición de cercanía, a una intermedia y a una distante.
Posición de cercanía
En una posición de proximidad con la familia el terapeuta pude entrar coaligarse con unos miembros contra otros. Sin embargo el instrumento más útil para la connivencia es la confirmación, ya sea validando la realidad de los holónes con los que participa, reconociendo y premiando aspectos positivos y haciendo saber que responderá con delicadeza ante el sufrimiento, dificultad o tensión. Al confirmar aspectos positivos el terapeuta se convierte en fuente de autoestima y amplía su capacidad de maniobra y reúne el poder de retirar su aprobación si los clientes no responden a sus orientaciones.
La confirmación se puede realizar desde una mera descripción que no contenga juicio alguno o enunciar un rasgo negativo de alguien al tiempo que se le absuelve. Finalmente la libertad de movimiento se ve restringida por su absorción al sistema familiar y el terapeuta debe saber en qué momento deberá desprenderse después de haberse integrado.
Posición intermedia
El terapeuta coparticipa como un oyente, activo, neutral. A esta coparticipación se le llama rastreo y es un método para recopilar datos de la familia, pero también recoge información sobre la forma en la que el mismo rastrea el proceso familiar. Rastrear no sólo supone ir detrás, sino orientar el ensayo de conductas nuevas, hay que desplazar los niveles de rastreo contenido al proceso y ligar el proceso al contenido. Las maniobras de rastreo se apoyan en técnicas de confirmación en que las interacciones penosas son presentadas como el fruto de una actitud de una consideración recíproca.
Posición distante
Se apoya en su condición de especialista juega un papel de director y creando contextos donde los miembros de la familia se sienten competentes o con la esperanza de cambio. Percibe las pautas de la danza familiar y entonces dispone secuencias de interacción, promueve la escenificación habitual e introduce novedades, en ocasiones el terapeuta acepta, en otras apoya o ignora deliberadamente. Estas técnicas producen cambios y aumentan el liderazgo del terapeuta. También aprende como la familia encuadra su experiencia, las frases que usan, que luego utilizará para construir una cosmovisión más amplia, que admita flexibilidad y cambio.
Problemas
Muchas veces el terapeuta se enfrentará apersonas con las que le sea difícil hacer la coparticipación por alguna razón, en estos casos remitir a otro colega puede ser la mejor solución. Siempre que un terapeuta logra asistir con eficacia a un paciente simpatiza también con éste y tendrá que entrar en coparticipación con el sistema como un todo. En familias con miembros agredidos es importante que el terapeuta estudie el papel que desempeña en el mantenimiento del sistema como un todo. En otras ocasiones el terapeuta tendrá que hacer un desequilibramiento que lo lleve a la coparticipación.
4. PLANIFICACIÓN
Los terapeutas de familia aprenden a teorizar más allá de los datos que poseen acerca de una familia, pero siempre conscientes de que la estructura de esta nunca se les manifiesta en seguida.
Familias de pas de deux
Es una estructura de dos persona y es proclive a una forma de coalición de liquen, en que los individuos contraen una reciproca dependencia casi simbiótica.
Familias de tres generaciones
La configuración de la familia extensa aloja en la multiplicidad de sus generaciones la posibilidad de una especialización funcional. Aquí las tareas de apoyo y cooperación mantienen una flexibilidad inherente. En estas familias se puede trabajar dentro de su sistema cooperativo hacia una diferenciación de funciones y no hacia promover la formación de una estructura acorde a la norma cultural. También se trabaja con el esclarecimiento de las fronteras entre los holónes.
Familias con soporte
Se pueden describir como las familias donde algunos niños toman funciones de crianza sobre los demás niños y recibe funciones parentales. El funcionamiento de esta estructura está relacionado con que las responsabilidades del niño no rebasen su capacidad.
Familias acordeón
Familias donde alguno de los progenitores permanece alejado por lapsos prolongados, por lo tanto el cónyuge que se permanece en el hogar asume funciones adicionales en el cuidado de los hijos. En estas familias las maniobras terapéuticas son las restauradoras y las educativas.
Familias cambiantes
Familias que cambian constantemente de domicilio. Los miembros de estos sistemas reaccionan ya que al distorsionar el contexto más basto, la familia manifestará distorsiones. Para ello habrá que evaluar el nivel de competencia de la familia en su condición de organismo como de sus miembros individuales.
Familias huéspedes
Un niño huésped es por definición miembro de una familia temporaria.
Familia con padrastro o madrastra
En esta configuración familiar, las crisis son comparables a los problemas que surgen en un organismo familiar reciente; se las debe considerar normales. La integración de un nuevo padre tiene que pasar por un proceso de integración.
Familias con un fantasma
Familias que han sufrido muerte o deserción pueden tropezar con problemas para reasignar las tareas del miembro que falta.
Familias descontroladas
Familias en que uno de sus miembros presentan problemas en el área de control, el terapeuta supone la existencia de problemas en uno o varios entre determinados campos, la organización jerárquica de la familia, la puesta en práctica de las funciones ejecutivas dentro del subsistema parental y la proximidad entre miembros de la familia.
Familias psicosomáticas
Aquí la estructura de la familia incluye un excesiva insistencia en los cuidados tiernos. La familia parece funcionar óptimamente cuando alguien está enfermo. Existen características de sobreprotección, fusión o unión excesiva entre los miembros de la familia, la incapacidad para resolver conflictos, enorme preocupación por mantener la paz y evitar los conflictos, y una rigidez extrema.
La averiguación de la estructura en las primeras interacciones
La información esquemática que se puede recoger en un formulario de admisión o una conversación telefónica evoca la posibilidad de ciertas configuraciones familiares y ámbitos de problemas. Permite al terapeuta organizar su contacto con la familia, la información recogida permite también confirmar, aclarar o refutar hipótesis iniciales.
5. CAMBIO
Los terapeutas de familias concuerdan en cuestionar los aspectos disfuncionales de la homeostasis familiar, la controversia y variaciones radican en el grado de dicho cuestionamiento así como los métodos y metas de acuerdo a cada terapeuta. La técnica es la vía para alcanzar el cambio, pero el rumbo es la conceptualización que hace el terapeuta sobre la dinámica de la familia y el proceso de cambio. El modo en que la teoría dicta técnicas terapéuticas se pone de manifiesto en la tres posiciones de la terapia de familia: el esquema existencial sustentado por Carl Withaker, la escuela estratégica cuyos representantes son Jay Haley y Chole Madanes y la posición estructuralista.
Cuestionamiento del síntoma
La tarea del terapeuta es cuestionar la definición que la familia da del problema. El cuestionamiento puede ser directo o indirecto, explícito o implícito ir derecho o paradójicamente. El objetivo es modificar o reencuadrar la concepción que la familia tiene del problema, moviendo a sus miembros a que busquen respuestas efectivas, cognitivas y de conducta, diferentes. Las técnicas que están al servicio de estas estrategias son la escenificación, el enfoque y el logro de intensidad.
Cuestionamiento de la estructura familiar
Aumentar o aminorar la proximidad entre los miembros de los holónes significativos puede dar lugar a diferentes modos de pensar, sentir y actuar, hasta entonces inhibidos por la participación en el subsistema.
Cuestionamiento de la realidad familiar
Las pautas de interacción obedecen a la realidad como es vivenciada y contiene esta modalidad de experiencia. Para modificar dicha visión de la realidad es preciso elaborar nuevas modalidades de interacción entre ellos. Las técnicas al servicio de esta estrategia son los constructos cognitivos, las intervenciones paradójicas y la insistencia en los lados fuertes de la familia.
6. REENCUADRAMIENTO
Las familias poseen un cuadro dinámico que se ha formado en su historia y que encuadra su identidad de organismo social y al acudir a terapia demandan la ayuda para esa realidad que han encuadrado. Entonces el primer problema para el terapeuta es definir la realidad terapéutica. En encuadre terapéutico atiende al objetivo de hacer que la familia avance hacia un manejo más diferenciado y eficiente de su realidad disfuncional. Se debe retomar lo que para la familia es importante y convence a los miembros de la familia de que la realidad que ellos trazaron se puede ampliar o modificar. Las técnicas de escenificación, enfoque y obtención de intensidad contribuyen al logro de un encuadramiento terapéutico.
En la escenificación, el terapeuta asiste a los miembros de la familia para que interactúen en su presencia, y ello con el propósito de vivenciar la realidad familiar como aquellos la definen. Después reorganiza la los datos, poniendo el acento en ciertos aspecto y cambiando el sentido de lo que ocurre; introduce nuevos elemento e insinúa modos diferentes e interactuar, que de este modo se actualizan dentro del sistema terapéutico. En el enfoque, el terapeuta tras seleccionar elemento que parecen pertinentes para el cambio terapéutico, organiza los datos de las interacciones familiares en torno de un tema que les imparte un sentido nuevo. En la obtención de intensidad, el terapeuta refuerza el influjo del mensaje terapéutico. Destaca la frecuencia con que se produce una interacción disfuncional. Las diversas modalidades que ella cobra y cuanto penetra en los diferentes holónes familiares. La obtención de intensidad los mismo que el enfoque y escenificación, contribuye en particular a sustentar la vivencia de una realidad nueva, terapéutica, donde se cuestionan el síntoma y la posición que su portador ocupa en la familia.
Técnicas de terapia familiar
Editorial Paidos
Salvador Minuchin
H. Charles Fishman
RESUMEN
1. ESPONTANEIDAD
El entrenamiento en la terapia de familia debe ser esencialmente una enseñanza de técnicas que el discípulo olvide después que las dominó, es decir, trascender lo técnico.
El arte de la terapia de familia consiste en coparticipar con una familia experimentar la realidad como sus miembros la vivencian y envolverse en las interacciones repetidas que dan forma a la estructura familiar y plasman el pensamiento y la conducta de las personas. Además, instrumentar esa coparticipación, convertirse en un agente de cambio dentro de las reglas del sistema con modalidades de intervención que sólo son posibles en esa familia, para producir un modo de vida más productivo.
Espontaneidad terapéutica.
Es el uso que el terapeuta hace de sí mismo para introducirse al sistema y responder a las circunstancias en armonía con las mismas reglas del sistema. En este sentido un terapeuta espontaneo es el que ha sido entrenado para emplear diferentes aspectos de sí mismo en respuesta a contextos sociales diversos, teniendo la libertad de reaccionar y moverse dentro de una gama de posibilidades en un contexto determinado (el propio sistema). La espontaneidad del terapeuta la determina el contexto terapéutico.
Métodos de formación
El terapeuta espontaneo debe tener conocimientos sobre las características de las familias como sistemas, el proceso de su transformación y la participación del terapeuta en ese proceso. Las habilidades se trasmiten por vía inductiva durante sesiones y supervisión hasta lograr una generalización.
Para la formación de terapeuta debe haber una relación armoniosa entre los conceptos y la práctica. Para esto una primera fase consiste en la observación, aquí, los maestros enseñan su estilo terapéutico en vivo o filmes y los discípulos observan a través de un falso espejo. Al mismo tiempo otro maestro interpreta los movimientos del terapeuta para los aprendices y los incita a la discusión y al análisis. De este modo se analizan los estilos y se estimula a que los discípulos busquen su propio estilo.
La segunda fase consiste en la supervisión de las sesiones de terapia que conducen los aspirantes ya sea en vivo o en filmes. El maestro y demás aspirantes observan, analizan y discuten la intervención desde un falso espejo y de ser necesario el maestro puede intervenir a través de una llamada telefónica. Esta intervención respalda al aspirante, le da confianza y le permite un mejor entrenamiento con una situación real.
El desarrollo de la espontaneidad requiere pues el desarrollo del propio estilo, para lo cual se tendrá que aprender la técnica y olvidarla una vez que se haya aprendido para poder pasar al desarrollo del verdadero terapeuta con estilo propio y no quedarse como un experto en técnicas. Pasa entonces de la observación de interacciones particulares las generalizaciones de las estructuras y comienza a elaborar sus propios métodos.
2. FAMILIAS
La familia es el contexto natural para crecer, recibir apoyo, ha elaborado sus propias pautas de interacción las cuales constituyen la estructura familiar que rige el funcionamiento y comportamiento de los miembros. Las familias crean sus propios mecanismos de regulación y control. El terapeuta al intervenir en la familia la contempla como el todo, que es más que la suma de sus partes.
Una de las complicaciones al intervenir en familia es la dificultad conceptual, por ejemplo para designar unidades de más de un miembro. Ante esta situación se propone la palabra holón del griego holos (todo) y el sufijo on (partícula o parte) es decir que es todo y una parte al mismo tiempo. Cada holón despliega su energía en favor de su autonomía y autoconcervación como un todo y es también vehículo de energía integradora en su condición de parte. De este modo la parte y el todo se contienen recíprocamente en un proceso continuado, actual, corriente, de comunicación e interrelación.
Holón individual
El holón individual incluye el concepto de sí mismo en contexto. El individuo influye y se ve influido por las personas con las que interactúa a través de un proceso circular y continuo de influjo y refuerzo reciproco que tiende a mantener la fijación de pautas. Es fácil considerar a la familia como una unidad y al individuo como un holón de esa unidad, sin embargo el individuo puede contener otros aspectos que no están en su holón de familia, porque puede pertenecer a otros contextos al mismo tiempo. por lo tanto la variedad de conductas que se pueden incluir en el programa de la familia depende de la capacidad de esta para absorber e incorporar energía e información de los ámbitos extrafamiliares.
Un contexto determinado puede permitir el surgimiento de nuevas posibilidades que las personas no habían explotado. El terapeuta experto en ampliar contextos permite a la familia elaborar alternativas más viables para la solución de problemas.
Las familias tienen subsistemas diferenciados, las tres unidades que poseen significación además del individuo son: los subsistemas conyugal, parental y de los hermanos.
Holón conyugal
Se puede conceptualizar el comienzo de la familia como el momento en el que dos adultos se unen con el propósito de formarla. Ambos traen un conjunto de valores y de expectativas explicitas e implícitas que muchas veces son diferentes y que con el paso del tiempo será necesario que se vayan conciliando. Tendrán que fijar límites que protejan de que se inmiscuyan otros parientes o personas en el subsistema. Se perderá individualidad pero se ganará pertenencia. Estas pautas establecidas determinan el modo en el que se experimentan los cónyuges dentro de un contexto matrimonial. El subsistema de los cónyuges es un poderoso contexto para la confirmación o para la descalificación y su disfuncionalidad repercutirá en toda la familia.
Holón Parental
Incluye la crianza de los hijos y las funciones de socialización. Permiten que el niño se desarrolle y aprenda lo que se puede esperar de personas con más recursos, fuerza, autoridad, se va modelando las expresiones de los sentimiento, como afrontar conflictos y como negociar.
Una de las funciones del terapeuta es descubrir quiénes son los miembros que pertenecen al subsistema, debido a que muchas veces puede incluir a otras personas. Cuando la familia se atasca en los problemas de control y recurre a la terapia es esencial que el terapeuta esté atento a todos los miembros en el mantenimiento de la interacción disfuncional, en la eventual solución del problema y con los recursos que la familia misma pueda poseer.
El holón de los hermanos
Constituye para los niños el primer grupo de iguales, en donde aprenden a elaborar sus propias pautas de interacción que cobrarán significación cuando ingresen a grupos de iguales fuera de la familia.
Los terapeutas deben recordar que las familias son holónes insertos en una cultura más amplia, y que la función de ellos es ayudarlas a ser más viables dentro de las posibilidades existentes en sus propios sistemas culturales y familiares.
El desarrollo y el cambio
La familia no es una entidad estática, se encuentra en un proceso de cambo continuo y evolución en el tiempo. Como organismo vivo tiende a la conservación y a la evolución es decir adaptarse y cambiar. A diferencia de las estructuras en equilibrio, la familia es un sistema abierto con fluctuaciones del interior y el exterior y van modificando su estructura, en otras palabras “una estructura nueva es siempre el resultado de un inestabilidad”.
El desarrollo de la familia transcurre en etapas que siguen una progresión de complejidad creciente. Hay periodos de equilibrio y adaptación, caracterizados por el dominio de las tareas y aptitudes pertinentes. Los periodos de desequilibrio permiten el salto a un estadio nuevo. Este modelo de desarrollo comprende cuatro etapas principales en torno al crecimiento de los hijos: la formación de la pareja, la familia con hijos pequeños, la familia con hijos en edad escolar o adolescentes y la familia con hijos adultos.
La formación de la pareja
En este estadio se elaboran las pautas de interacción que constituyen la estructura del holón conyugal. Se establecen mediante la negociación las fronteras y las nuevas pautas en relación con los demás. Se crean reglas sobre la intimidad, jerarquía, cooperación y poco a poco tendrán que ir cesando en la individualidad y tendrán que r comprendiendo que la pertenencia es enriquecedora y no limitadora.
Familia con hijos pequeños
Sobreviene con el nacimiento del primer hijo, el holón conyugal se de1be reorganizar para enfrentar las nuevas tareas y se vuelve indispensable la elaboración de nuevas reglas. Ne este caso el terapeuta debe empujar al padre hacia la madre y el hijo reinsertándolo en funciones parentales y ayudándolo a elaborar una visión más compleja y diferenciada de sí mismo dentro de los holónes conyugal y parental. Con la llegado de un segundo hijos es preciso instituir un mapa más complejo y diferenciado de la familia, incluyendo el holón de hermanos.
La familia con hijos en edad escolar o adolescentes
Inicia cuando los hijos comienzan a ir a la escuela, el sistema se reorganiza nuevamente y se crean nuevas pautas entorno al ambiente y actividades escolares. El niño compara sus pautas con las de sus compañeros, la negociación es fundamental para el establecer nuevos límites, autonomía y control.
Durante la adolescencia se pueden desorganizar las pautas establecidas en la familia como parte de las necesidades sexuales, demandas escolares, y desafíos competidores del grupo de pares. En este estadio comienza el proceso de separación.
La familia con hijos adultos
Ahora los hijos son adultos jóvenes, crean sus propios compromisos estilo de vida… la familia originaria vuelve a ser de dos miembros, se experimenta el “nido vacío” donde el subsistema conyugal vuelve a ser el holón familiar esencial para ambos.
La terapia es el proceso por el cual se toma a una familia que se ha atascado en un punto de del desarrollo y se crea una crisis que la empujará en el sentido de su propia evolución.
3. COPARTICIPACIÓN
Dese el comienzo el terapeuta de familia debe tomar cierta posición de liderazgo. Familia y terapeuta comienzan la terapia con las mismas metas. Lo común es que los miembros de la familia individualicen en uno de ellos la localización del problema. Esperan que el terapeuta se concentre en él y procure cambiarlos. Pero para el terapeuta el paciente solo es el portador del síntoma y la causa del problema son las interacciones disfuncionales de la familia.
Familia y terapeuta constituyen una meta compartida: librar de síntomas a quien es su portador en la familia, reducir el conflicto y la tensión para la familia como un todo y aprender nuevos modos de superar dificultades.
La instrumentación del terapeuta
Consiste en el empleo que el terapeuta hace de sí mismo para introducirse en el sistema y promover un proceso de cambio en la familia. Existe una variabilidad de formas en la que terapeuta se instrumenta para alcanzar liderazgo del sistema terapéutico. Whitaker recurre a un coterapeuta, la escuela de Milán presenta a dos terapeutas en la sesión y son apoyados por otros dos miembros del equipo, planifican para producir resistencia en la familia y tratan de evitar ser prisioneros de conflictos subsistémicos. Murray se mantiene como un instructor y se empeña en mantener un ambiente tranquilo en lo emocional.
Por otra parte desde este modelo se busca que el terapeuta este cómodo en cualquier nivel de participación. Y aunque existen limitaciones estas son determinadas por las características individuales y los rasgos particulares de la familia. Coparticipar con la familia es hacer saber a sus miembros que el terapeuta comprende y trabaja con ellos y para ellos.
El terapeuta puede hacerse coparticipe de la familia desde diferentes posiciones de proximidad. Distintas técnicas de coparticipación corresponden a una posición de cercanía, a una intermedia y a una distante.
Posición de cercanía
En una posición de proximidad con la familia el terapeuta pude entrar coaligarse con unos miembros contra otros. Sin embargo el instrumento más útil para la connivencia es la confirmación, ya sea validando la realidad de los holónes con los que participa, reconociendo y premiando aspectos positivos y haciendo saber que responderá con delicadeza ante el sufrimiento, dificultad o tensión. Al confirmar aspectos positivos el terapeuta se convierte en fuente de autoestima y amplía su capacidad de maniobra y reúne el poder de retirar su aprobación si los clientes no responden a sus orientaciones.
La confirmación se puede realizar desde una mera descripción que no contenga juicio alguno o enunciar un rasgo negativo de alguien al tiempo que se le absuelve. Finalmente la libertad de movimiento se ve restringida por su absorción al sistema familiar y el terapeuta debe saber en qué momento deberá desprenderse después de haberse integrado.
Posición intermedia
El terapeuta coparticipa como un oyente, activo, neutral. A esta coparticipación se le llama rastreo y es un método para recopilar datos de la familia, pero también recoge información sobre la forma en la que el mismo rastrea el proceso familiar. Rastrear no sólo supone ir detrás, sino orientar el ensayo de conductas nuevas, hay que desplazar los niveles de rastreo contenido al proceso y ligar el proceso al contenido. Las maniobras de rastreo se apoyan en técnicas de confirmación en que las interacciones penosas son presentadas como el fruto de una actitud de una consideración recíproca.
Posición distante
Se apoya en su condición de especialista juega un papel de director y creando contextos donde los miembros de la familia se sienten competentes o con la esperanza de cambio. Percibe las pautas de la danza familiar y entonces dispone secuencias de interacción, promueve la escenificación habitual e introduce novedades, en ocasiones el terapeuta acepta, en otras apoya o ignora deliberadamente. Estas técnicas producen cambios y aumentan el liderazgo del terapeuta. También aprende como la familia encuadra su experiencia, las frases que usan, que luego utilizará para construir una cosmovisión más amplia, que admita flexibilidad y cambio.
Problemas
Muchas veces el terapeuta se enfrentará apersonas con las que le sea difícil hacer la coparticipación por alguna razón, en estos casos remitir a otro colega puede ser la mejor solución. Siempre que un terapeuta logra asistir con eficacia a un paciente simpatiza también con éste y tendrá que entrar en coparticipación con el sistema como un todo. En familias con miembros agredidos es importante que el terapeuta estudie el papel que desempeña en el mantenimiento del sistema como un todo. En otras ocasiones el terapeuta tendrá que hacer un desequilibramiento que lo lleve a la coparticipación.
4. PLANIFICACIÓN
Los terapeutas de familia aprenden a teorizar más allá de los datos que poseen acerca de una familia, pero siempre conscientes de que la estructura de esta nunca se les manifiesta en seguida.
Familias de pas de deux
Es una estructura de dos persona y es proclive a una forma de coalición de liquen, en que los individuos contraen una reciproca dependencia casi simbiótica.
Familias de tres generaciones
La configuración de la familia extensa aloja en la multiplicidad de sus generaciones la posibilidad de una especialización funcional. Aquí las tareas de apoyo y cooperación mantienen una flexibilidad inherente. En estas familias se puede trabajar dentro de su sistema cooperativo hacia una diferenciación de funciones y no hacia promover la formación de una estructura acorde a la norma cultural. También se trabaja con el esclarecimiento de las fronteras entre los holónes.
Familias con soporte
Se pueden describir como las familias donde algunos niños toman funciones de crianza sobre los demás niños y recibe funciones parentales. El funcionamiento de esta estructura está relacionado con que las responsabilidades del niño no rebasen su capacidad.
Familias acordeón
Familias donde alguno de los progenitores permanece alejado por lapsos prolongados, por lo tanto el cónyuge que se permanece en el hogar asume funciones adicionales en el cuidado de los hijos. En estas familias las maniobras terapéuticas son las restauradoras y las educativas.
Familias cambiantes
Familias que cambian constantemente de domicilio. Los miembros de estos sistemas reaccionan ya que al distorsionar el contexto más basto, la familia manifestará distorsiones. Para ello habrá que evaluar el nivel de competencia de la familia en su condición de organismo como de sus miembros individuales.
Familias huéspedes
Un niño huésped es por definición miembro de una familia temporaria.
Familia con padrastro o madrastra
En esta configuración familiar, las crisis son comparables a los problemas que surgen en un organismo familiar reciente; se las debe considerar normales. La integración de un nuevo padre tiene que pasar por un proceso de integración.
Familias con un fantasma
Familias que han sufrido muerte o deserción pueden tropezar con problemas para reasignar las tareas del miembro que falta.
Familias descontroladas
Familias en que uno de sus miembros presentan problemas en el área de control, el terapeuta supone la existencia de problemas en uno o varios entre determinados campos, la organización jerárquica de la familia, la puesta en práctica de las funciones ejecutivas dentro del subsistema parental y la proximidad entre miembros de la familia.
Familias psicosomáticas
Aquí la estructura de la familia incluye un excesiva insistencia en los cuidados tiernos. La familia parece funcionar óptimamente cuando alguien está enfermo. Existen características de sobreprotección, fusión o unión excesiva entre los miembros de la familia, la incapacidad para resolver conflictos, enorme preocupación por mantener la paz y evitar los conflictos, y una rigidez extrema.
La averiguación de la estructura en las primeras interacciones
La información esquemática que se puede recoger en un formulario de admisión o una conversación telefónica evoca la posibilidad de ciertas configuraciones familiares y ámbitos de problemas. Permite al terapeuta organizar su contacto con la familia, la información recogida permite también confirmar, aclarar o refutar hipótesis iniciales.
5. CAMBIO
Los terapeutas de familias concuerdan en cuestionar los aspectos disfuncionales de la homeostasis familiar, la controversia y variaciones radican en el grado de dicho cuestionamiento así como los métodos y metas de acuerdo a cada terapeuta. La técnica es la vía para alcanzar el cambio, pero el rumbo es la conceptualización que hace el terapeuta sobre la dinámica de la familia y el proceso de cambio. El modo en que la teoría dicta técnicas terapéuticas se pone de manifiesto en la tres posiciones de la terapia de familia: el esquema existencial sustentado por Carl Withaker, la escuela estratégica cuyos representantes son Jay Haley y Chole Madanes y la posición estructuralista.
Cuestionamiento del síntoma
La tarea del terapeuta es cuestionar la definición que la familia da del problema. El cuestionamiento puede ser directo o indirecto, explícito o implícito ir derecho o paradójicamente. El objetivo es modificar o reencuadrar la concepción que la familia tiene del problema, moviendo a sus miembros a que busquen respuestas efectivas, cognitivas y de conducta, diferentes. Las técnicas que están al servicio de estas estrategias son la escenificación, el enfoque y el logro de intensidad.
Cuestionamiento de la estructura familiar
Aumentar o aminorar la proximidad entre los miembros de los holónes significativos puede dar lugar a diferentes modos de pensar, sentir y actuar, hasta entonces inhibidos por la participación en el subsistema.
Cuestionamiento de la realidad familiar
Las pautas de interacción obedecen a la realidad como es vivenciada y contiene esta modalidad de experiencia. Para modificar dicha visión de la realidad es preciso elaborar nuevas modalidades de interacción entre ellos. Las técnicas al servicio de esta estrategia son los constructos cognitivos, las intervenciones paradójicas y la insistencia en los lados fuertes de la familia.
6. REENCUADRAMIENTO
Las familias poseen un cuadro dinámico que se ha formado en su historia y que encuadra su identidad de organismo social y al acudir a terapia demandan la ayuda para esa realidad que han encuadrado. Entonces el primer problema para el terapeuta es definir la realidad terapéutica. En encuadre terapéutico atiende al objetivo de hacer que la familia avance hacia un manejo más diferenciado y eficiente de su realidad disfuncional. Se debe retomar lo que para la familia es importante y convence a los miembros de la familia de que la realidad que ellos trazaron se puede ampliar o modificar. Las técnicas de escenificación, enfoque y obtención de intensidad contribuyen al logro de un encuadramiento terapéutico.
En la escenificación, el terapeuta asiste a los miembros de la familia para que interactúen en su presencia, y ello con el propósito de vivenciar la realidad familiar como aquellos la definen. Después reorganiza la los datos, poniendo el acento en ciertos aspecto y cambiando el sentido de lo que ocurre; introduce nuevos elemento e insinúa modos diferentes e interactuar, que de este modo se actualizan dentro del sistema terapéutico. En el enfoque, el terapeuta tras seleccionar elemento que parecen pertinentes para el cambio terapéutico, organiza los datos de las interacciones familiares en torno de un tema que les imparte un sentido nuevo. En la obtención de intensidad, el terapeuta refuerza el influjo del mensaje terapéutico. Destaca la frecuencia con que se produce una interacción disfuncional. Las diversas modalidades que ella cobra y cuanto penetra en los diferentes holónes familiares. La obtención de intensidad los mismo que el enfoque y escenificación, contribuye en particular a sustentar la vivencia de una realidad nueva, terapéutica, donde se cuestionan el síntoma y la posición que su portador ocupa en la familia.
7. ESCENIFICACIÓN
En esta técnica el terapeuta pide a los miembros de la familia que dancen en su presencia. Así construye una secuencia interpersonal en la sesión, en que se pone en escena interacciones disfuncionales entre los miembros de la familia. Algunas de sus ventajas terapéuticas de esta técnica son: facilita la formación del sistema terapéutico, ofrece a los miembros del sistema un contexto para experimentar situaciones concretas. La escenificación se puede considerar en tres movimientos: interacciones espontaneas, organización de secuencias y diferentes modalidades de interacción.
8. ENFOQUE
Cuando observa a una familia, el clínico es inundado de por los datos.es preciso deslindar fronteras, poner de relieve los lados fuertes, señalar los problemas, investigar funciones complementarias. El terapeuta selecciona y organiza los datos en un esquema que les confiera sentido y promueva el cambio. Es preciso enfocar y desechar lo que para el momento no es útil para la meta terapéutica.
9. INTENSIDAD
Surge como la dificultad que el terapeuta experimenta para poder hacer llegar su mensaje al sistema y que esta oiga lo que el terapeuta expresa para esto es necesario superar el umbral de “sordera” de la familia.
Repetición del mensaje
Un mensaje se repite muchas veces en el curso de la terapia, la repetición puede recaer en el contenido como en la estructura.
Repetición de interacciones isomórficas
La estructura familiar se manifiesta en una diversidad de interacciones que responden a un mismo sistema de reglas y en consecuencia son equivalentes desde el punto de vista dinámico. El cuestionamiento de estas estructuras (morfos) equivalentes (iso) producen intensidad por la repetición de mensaje dentro de un proceso. Esta intervención puede enfocar interacciones que interesan a la terapia y reunir sucesos en apariencia desconectados en un significado orgánico único, con lo cual se acrecienta la experiencia que los miembros de la familia tienen de la regla familiar constreñidora.
Modificación del tiempo
Los miembros de la familia han elaborado un sistema de notación que regula el tiempo y el compás de su danza. La técnica consiste en que el terapeuta alienta a los miembros de la familia para que continúen interactuando después de que las reglas del sistema han puesto luz amarilla o roja. El paso de lo habitual a lo no familiar permite que experimenten nuevas formas de interacción.
Cambio de la distancia
La familia ha elaborado el sentimiento de distancia “adecuada” que deben mantener entre sí. El cambio de la distancia que se mantiene automáticamente puede producir un cambio en el grado de atención al mensaje, lo anterior es aplicable no solo a la distancia física sino también a la psicológica. Son movimientos de avance y retroceso, cambios en la posición recíproca.
Resistencia a la presión de la familia
El “no hacer” puede producir intensidad en la terapia, sobre todo cuando el terapeuta no hace lo que el sistema familiar “desea que haga”. Con la resistencia a ser absorbido por el sistema el terapeuta introduce intensidad en la terapia.
10. REESTRUCTURACIÓN
El terapeuta tendrá que incorporarse a las interacciones del sistema diferenciando y delineando las fronteras de los holónes a fin de hacer sitio a la flexibilidad y el crecimiento. Puesto que la terapia supone un cuestionamiento de la estructura familiar, es preciso que el terapeuta comprenda el desarrollo normal de las familias y el poder que las reglas delo holónes ejercen sobre el integro desarrollo de los miembros de la familia. Hay tres técnicas principales para cuestionar la estructura de holón de la familia. Las técnicas de fijación de fronteras están destinadas a modificar la participación de los miembros de diferentes holónes. El desequilibramiento modifica la jerarquía de las personas dentro de un holón. Y la complementariedad cuestiona la idea de la jerarquía lineal.
11. FRONTERAS
Esta técnica regula la permeabilidad de las que separan a los holónes entre sí. Apuntan a la distancia psicológica entre los miembros de la familia y a la duración de la interacción dentro de un holón significativo.
Distancia psicológica
Es preciso investigar los indicadores espaciales, quien interrumpe, completa información, quién proporciona confirmación y quién ayuda; relaciones de proximidad, alianzas, coaliciones, diadas o triadas funcionales además de pautas que expresan la estructura y la sustentan. También se pueden utilizar constructos cognitivos o maniobras concretas para crear fronteras nuevas.
Duración de la Interacción
Extender o alargar un proceso para incrementar su intensidad y como recurso para demarcar subsistemas o separarlos. En estas situaciones el contenido de la interacción importa menos que el hecho de que ella se produzca.
12. DESEQUILIBRAMIENTO
El desequilibramiento tiene la meta de cambiar el vínculo jerárquico entre los miembros de un subsistema. El terapeuta se utiliza así mismo para cuestionar y modificar la distribución del poder en el seno de la familia, el terapeuta puede entrar en coparticipación y apoyar a un individuo de la familia situado en un lugar inferior de la jerarquía, y le confiere poder en lugar de quitárselo. Desconoce la central de operaciones de la familia. Coparticipa con uno de los miembros en una coalición que ataca a otros. Estas operaciones estorban el reconocimiento de las señales por medio de las cuales los miembros de la familia se indican la corrección de su conducta interpersonal. Estas técnicas de desiquilibramiento presentan dos problemas, el primero de carácter ético y el segundo se refiere a las exigencias que impone al terapeuta. Finalmente estas técnicas se pueden agrupar en tres categorías, según las exigencias que planteen al terapeuta en materia de participación personal. El terapeuta se puede aliar con miembros de la familia, ignorarlos o entrar en coalición con unos contra otros.
Alianzas con miembros de la familia
El terapeuta confirma a las personas, resalta su lado fuerte y se convierte para ellas en una fuente importante de autoestima. La alianza esta destina a modificar la posición jerárquica de un miembro dentro del sistema familiar.
Alianza alternante
La alianza alternante puede producir un cambio en la pauta jerárquica de la familia y consiste en atribuir a cada subsistema pericias diferentes y complementarias, de esta forma en lugar de competir por la jerarquía se ensayan nuevas modalidades de relación en un marco más amplio.
Ignorar a miembros de la familia
Esta técnica demanda la capacidad de hablar y obrar como si ciertas personas fueran invisibles. Los miembros de la familia desconocidos se sienten cuestionados en su derecho de ser reconocidos; entonces se rebelan contra el terapeuta. Esta última interacción posibilita un realineamiento de las jerarquías familiares.
Coalición contra miembros de la familia
El terapeuta participa como miembro de una coalición contra uno o más miembros de la familia. Esta participación directa del terapeuta le impone poseer la capacidad de llevar adelante un enfrentamiento y utilizar su posición de poder para cuestionar y descalificar la pericia de un miembro de la familia. El éxito de esta estrategia exige que los miembros de la familia acepten que esta transformación es valiosa en beneficio de toda la familia. Cuando el terapeuta se coaliga con un miembro de la familia a fin de desiquilibrar un sistema, el puesto que ocupa dentro de la coalición organizará su conducta y es posible entonces que pierda perspectiva terapéutica. El único escudo capaz de proteger al terapeuta en una epistemología sistémica. Debe trabajar con la idea teórica y experimental de que la familia es un organismo único. Compuesto por una multiplicidad de individuos.
13. COMPLEMENTARIEDAD
Una de las metas de la terapia familia es ayudar a los miembros a que vivencien su pertenencia a una entidad que rebasa el si mismo individual. Lo anterior también apunta a modificar la relación jerárquica entre los miembros de la familia pero cuestionando la idea íntegra de jerarquía. Para lograrlo el terapeuta cuestiona la epistemología habitual de los miembros de la familia en tres aspectos, cuestiona el problema, cuestiona la idea lineal de que un miembro controla el sistema y cuestiona el modo en que la familia recorta los sucesos.
Cuestionamiento del problema
El primer cuestionamiento del terapeuta a la certidumbre de que existiría un paciente individualizado, con independencia del contexto, puede ser simple y directo. Por lo tanto observa los datos que arroja el sistema y los considera por referencia al modo en que las personas actúan y son activadas dentro de un contexto. De este modo se cuestiona la forma en la se experimenta la realidad y se introduce incertidumbre.
La familia puede reaccionar de distintos modos ya sea reafirmando la realidad que sustentan o extendiendo el problema a más de una persona. El terapeuta puede utilizar el trabajo de la paradoja para introducir confusión en la realidad de la familia, puede proponer que el síntoma se mantenga, puesto que contribuye a la salud de la familia como un todo.
Cuestionamiento del control lineal
Cuestionar la idea de que un solo miembro puede controlar el sistema familiar. Aquí se puede utilizar una técnica para apuntalar el concepto de reciprocidad de la conducta y consiste en exponer la conducta de un miembro de la familia y atribuirle a otro la responsabilidad de esa conducta. Esta técnica también se puede utilizar para señalar una mejoría.
Cuestionamiento del modo de recortar los sucesos.
Se cuestiona la epistemología de la familia introduciendo un concepto de un tiempo ampliado y encuadrando la conducta individual como parte de un todo más vasto. Algunas técnicas de índole cognitivo que se puede usar para este fin son: indicar a los miembros de la familia que sus interacciones están gobernadas por reglas y señalar el isomorfismo de las interacciones. De este modo el terapeuta tendrá que ampliar el foco de la atención de los miembros de la familia, enseñándoles a ver no cada movimiento, sino el conjunto de la danza. Deberán vivenciar la pauta integra, y no meramente la secuencia de la acción, respuesta y contrarrespuesta.
14. REALIDADES
Una familia no solo tiene estructura, sino un conjunto de esquemas cognitivos que legitiman o validan la organización familiar. La estructura y la estructura creída se apoyan y se justifican entre sí, y cualquiera de ella puede ser la vía de acceso a la terapia. Todo cambio en la estructura de la familia modificara su visión del mundo, y todo cambio en la visión del mundo sustentada por la familia será seguido por un cambio de la estructura. Al acudir a la terapia la familia presenta su percepción restringida de la realidad y quiere que se restaure su funcionamiento habitual; el terapeuta deberá ofrecer una realidad diferente utilizando los hechos que la familia reconoce como verdaderos para edificar un ordenamiento nuevo. Las fortalezas y las limitaciones son el cimiento de la reestructuración.
La concepción del mundo de la familia
La realidad parece ser la Rosa y el Fresno más el orden en que tú y yo la disponemos. Lo que reconocemos en los hechos es el significado que atribuimos al agregado de los hechos. Pero falta dar otro paso: la realidad se tiene que compartir con otros; con otros que la validen.
La elaboración de una concepción del mundo
Esta concepción del mundo validada socialmente encuadra a la realidad que encuadra a la persona. “el individuo se experimenta a sí mismo como tal, pero no de manera directa, sino solo indirectamente desde el punto de vista particular de otros miembros individuales del mismo grupo social global al que pertenece(…) el propio proceso social es el responsable del surgimiento del sí-mismo, que no existe como sí-mismo fuera de este tipo de experiencia”. El sí mismo en contexto es parte también del contexto de otros significativos. La familia es la media social donde las reglas sociales se cortan a la medida de la experiencia específicamente individual y por esta razón es la familia donde se puede investigar las características orgásmicas del individuo en contexto.
Validación de una concepción del mundo
El modo en que la familia elabora y valida su estructura es análogo al proceso por el cual la sociedad crea sus instituciones. Peter Berger y Thomas Luckman distinguen cuatro niveles de legitimación de las instituciones sociales: simple vocabulario o la presentación de la realidad por medio del lenguaje (la forma en que la familia emplea las palabras), mediante esquemas explicativos que confieren sentido a los hechos (mitos e historia familiar que organizan tanto presente como futuro); estos dos esquemas son pragmáticos y se relacionan con la acción concreta. El tercer nivel es la legitimación que contiene la teoría explicita y proporciona el marco de referencia para la conducta, finalmente el cuarto nivel de legitimación del universo simbólico, que integra en una totalidad diferentes provincias de sentido.
Cada uno de estos niveles encuentra su análogo en la elaboración de la concepción del mundo de la familia y todos ofrecen un abordaje terapéuticos que permite cuestionar el modo en que la familia valida su realidad.
Cuestionamiento de la concepción del mundo
El terapeuta procura presentar alguno de los diferentes universos parciales que se sitúan fuera del núcleo básico de universo de la familia y que sus miembros ignoran. Él sabe que éstos interpretan la realidad de la familia desde la perspectiva de los holónes que constituyen. Por lo tanto la interpretación de los universos transmitidos y de la atipicidad es una cuestión de perspectiva. Y es posible modificar las perspectivas. Las concepciones alternativas no se deben encuadrar en un mundo diferente; la gente tiene miedo a lo nuevo. Algunas técnicas que permiten cuestionar la manera en que la familia legitima su estructura son: el empleo de constructos cognitivos, el uso de paradojas y la búsqueda de lados fuertes de la familia.
15. CONSTRUCCIONES
La familia ha construido su realidad presente en un proceso de organización de los hechos que iban manteniendo sus ordenamientos, institucionales. La familia eligió un esquema explicativo preferencial y este puede y debe ser cuestionado y modificado, lo que pondrá al alcance de la familia modalidades nuevas de interacción.
El terapeuta empieza por aflojar la rigidez del esquema preferencial, desestima algunos hechos que la familia presenta y selecciona la realidad terapéutica con arreglo a la meta terapéutica. El terapeuta organiza el campo de la intervención y su aporte puede llegar a modificar la explicación que la familia da de su realidad. La libertad del terapeuta está determinada por su propia biografía y la estructura familiar. Las técnicas para modificar la realidad de la familia se agrupan en tres categorías principales: utilización de símbolos universales, de verdades familiares y el consejo profesional.
Símbolos universales
La fuerza de las construcciones universales reside precisamente en que se refieren acosas que todo el mundo conoce, el terapeuta recurre a ellas para edificar una realidad diferente
Verdades familiares
El terapeuta presta atención a las justificaciones que la familia aduce para sus interacciones y utiliza su misma concepción del mundo para extender su misma modalidad de funcionamiento.
Consejo especializado
El terapeuta presenta una explicación diferente de la realidad de la familia y la basa en su experiencia conocimiento o sabiduría. Puede desplazar las posiciones de explicación o interpretar la realidad de los diferentes miembros y apoyar la atipicidad. Regularmente las prescripciones se hacen cuando se trabajan con paradojas donde el terapeuta está en la posición de especialista.
16. PARADOJAS
El empleo de las paradojas se basan en tres supuestos: la familia es un sistema autorregulador, el síntoma es un mecanismo de autorregulación y la resistencia al cambio que es consecuencia de los dos anteriores. Como el síntoma se utiliza para regular un aparte disfuncional del sistema, si el síntoma es eliminado, esa parte del sistema quedará sin regulación. Las paradojas se emplean como instrumento clínico para enfrentar la resistencia y evitar una lucha de poder entre la familia y el terapeuta. No se trata de eliminar el síntoma sino saber qué sucederá cuando se lo elimine, el tema terapéutico pasa del problema al modo en que la familia podrá sobrevivir sin él.
Las intervenciones se pueden clasificar como directas o basadas en la aceptación, por el hecho de que el terapeuta espera que la familia las aceptara y como paradójicas o basadas en el desafío.
Intervenciones directas basadas en la aceptación
Se entienden los consejos, explicaciones, sugerencias, interpretaciones y tareas destinadas a que se las tome libremente y se las respete como se las prescribió. Su objetivo es modificar de forma directa las reglas y los roles de la familia.
Intervenciones paradójicas basadas en el desafío.
Es paradójica porque al obedecerse se obtiene se obtiene lo opuesto de lo que se desea pretender. Su éxito depende de que las familias desafíen las instrucciones del terapeuta u obedezca a ellas hasta un grado tan absurdo que se vea obligada a retroceder. Su objetivo es la interacción oculta que se expresa en un síntoma. Las técnicas más utilizadas para idear y aplicar una paradoja son la redefinición, la prescripción y la restricción. La redefinición modifica el modo en que la familia percibe el problema posteriormente se prescribe como conclusión inevitable de la lógica de la propia familia aquel mismo ciclo de interacción que es el que produce el síntoma. Para prescribir este ciclo es prerrequisito un conocimiento amplio de la relación entre el síntoma y el sistema y el modo en que se activan entre sí. Los dos errores más comunes son prescribir el síntoma sin conectarlo con el sistema o limitarse a solo prescribir el síntoma.
Inversiones basadas en aceptación y desafío.
El terapeuta imparte directivas a un miembro de la familia para que invierta su actitud o su conducta en un aspecto decisivo, con la esperanza de provocar de ese modo una respuesta paradójica en otro miembro de la familia. Esta intervención se utiliza cuando se tiene la impresión de que un segmento de la familia es capaz de invertir una posición nuclear que afectará a otro segmento.
El grupo de consulta como coro griego.
La utilización de un grupo de consulta como refuerzo de intervenciones del terapeuta. El grupo está compuesto de colegas que se turnan observándose detrás de un falso espejo y hacen comentarios en el momento sobre la interacción de la familia y el terapeuta
Fidelidad a la paradoja sistémica
Después de formulada y pronunciada la paradoja sistémica se presenta la difícil tarea de mantenerse fiel a ella.
17. LADOS FUERTES
Por desdicha los terapeutas no han asimilado el axioma. Rendimos tributo, sí, a los lados fuertes de la familia y nos referimos a ellos como la matriz del desarrollo y la cura. Por el contrario localizamos la perturbación psicológica, la clasificamos y la erradicamos, somos expertos certificados en defender lo normal mediante la elaboración y el sustento de una tipología que encuadra la atipicidad como enfermedad mental.
Los defectos de la familia.
La terapia familiar no pretende categorizar a las familias como normales o atípicas, los terapeutas familiares saben que el ser humano s un holón pero en algún sentido la pertenencia indispensable a ese holón se concibe como derrota: una pérdida de individualidad.
Aportes de la familia
Milton Erickson apuntaba en su trabajo con individuos que estos poseen un reservorio de sabiduría aprendida y olvidada, pero siempre disponible. Las familias acuden a un terapeuta especializado cuando están atascadas en un situación que demanda cambios cuya posibilidad ellas no advierten en su repertorio, en ese momento concentran las dificultades en uno de sus miembros y reducen la búsqueda de alternativas por que la han definido como atípico. Si se cuestiona esta visión de las cosas y se enfoca en las capacidades curativas contenidas en la familia, el resultado puede ser una transformación de la realidad aprehendida por aquella.
Alternativas de interacción
El terapeuta no debe aceptar los estereotipos disfuncionales presentados por la familia. Los componentes disfuncionales no son más que los segmentos del integro potencial de la familia que están más al alcance del organismo familiar en la situación por la que atraviesan.
18. MÁS ALLA DE LA TÉCNICA
Más allá de la técnica está la sabiduría, que es el conocimiento de la conexión que une las cosas entre sí. “la sabiduría –sostiene Gregory Bateson- no sólo exige conocimiento de los hechos que atañen a los circuitos, sino un conocimiento consciente, con raíz en la experiencia tanto intelectual como afectiva, que sea la síntesis de ambas”. Cuando las técnicas se guían por esa sabiduría, la terapia se convierte en arte de curar.
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