Técnicas de terapia familiar
Editorial Paidos
Salvador Minuchin
H. Charles Fishman
RESUMEN SEGUNDA PARTE
7. ESCENIFICACIÓN
En esta técnica el terapeuta pide a los miembros de la familia que dancen en su presencia. Así construye una secuencia interpersonal en la sesión, en que se pone en escena interacciones disfuncionales entre los miembros de la familia. Algunas de sus ventajas terapéuticas de esta técnica son: facilita la formación del sistema terapéutico, ofrece a los miembros del sistema un contexto para experimentar situaciones concretas. La escenificación se puede considerar en tres movimientos: interacciones espontaneas, organización de secuencias y diferentes modalidades de interacción.
8. ENFOQUE
Cuando observa a una familia, el clínico es inundado de por los datos.es preciso deslindar fronteras, poner de relieve los lados fuertes, señalar los problemas, investigar funciones complementarias. El terapeuta selecciona y organiza los datos en un esquema que les confiera sentido y promueva el cambio. Es preciso enfocar y desechar lo que para el momento no es útil para la meta terapéutica.
9. INTENSIDAD
Surge como la dificultad que el terapeuta experimenta para poder hacer llegar su mensaje al sistema y que esta oiga lo que el terapeuta expresa para esto es necesario superar el umbral de “sordera” de la familia.
Repetición del mensaje
Un mensaje se repite muchas veces en el curso de la terapia, la repetición puede recaer en el contenido como en la estructura.
Repetición de interacciones isomórficas
La estructura familiar se manifiesta en una diversidad de interacciones que responden a un mismo sistema de reglas y en consecuencia son equivalentes desde el punto de vista dinámico. El cuestionamiento de estas estructuras (morfos) equivalentes (iso) producen intensidad por la repetición de mensaje dentro de un proceso. Esta intervención puede enfocar interacciones que interesan a la terapia y reunir sucesos en apariencia desconectados en un significado orgánico único, con lo cual se acrecienta la experiencia que los miembros de la familia tienen de la regla familiar constreñidora.
Modificación del tiempo
Los miembros de la familia han elaborado un sistema de notación que regula el tiempo y el compás de su danza. La técnica consiste en que el terapeuta alienta a los miembros de la familia para que continúen interactuando después de que las reglas del sistema han puesto luz amarilla o roja. El paso de lo habitual a lo no familiar permite que experimenten nuevas formas de interacción.
Cambio de la distancia
La familia ha elaborado el sentimiento de distancia “adecuada” que deben mantener entre sí. El cambio de la distancia que se mantiene automáticamente puede producir un cambio en el grado de atención al mensaje, lo anterior es aplicable no solo a la distancia física sino también a la psicológica. Son movimientos de avance y retroceso, cambios en la posición recíproca.
Resistencia a la presión de la familia
El “no hacer” puede producir intensidad en la terapia, sobre todo cuando el terapeuta no hace lo que el sistema familiar “desea que haga”. Con la resistencia a ser absorbido por el sistema el terapeuta introduce intensidad en la terapia.
10. REESTRUCTURACIÓN
El terapeuta tendrá que incorporarse a las interacciones del sistema diferenciando y delineando las fronteras de los holónes a fin de hacer sitio a la flexibilidad y el crecimiento. Puesto que la terapia supone un cuestionamiento de la estructura familiar, es preciso que el terapeuta comprenda el desarrollo normal de las familias y el poder que las reglas delo holónes ejercen sobre el integro desarrollo de los miembros de la familia. Hay tres técnicas principales para cuestionar la estructura de holón de la familia. Las técnicas de fijación de fronteras están destinadas a modificar la participación de los miembros de diferentes holónes. El desequilibramiento modifica la jerarquía de las personas dentro de un holón. Y la complementariedad cuestiona la idea de la jerarquía lineal.
11. FRONTERAS
Esta técnica regula la permeabilidad de las que separan a los holónes entre sí. Apuntan a la distancia psicológica entre los miembros de la familia y a la duración de la interacción dentro de un holón significativo.
Distancia psicológica
Es preciso investigar los indicadores espaciales, quien interrumpe, completa información, quién proporciona confirmación y quién ayuda; relaciones de proximidad, alianzas, coaliciones, diadas o triadas funcionales además de pautas que expresan la estructura y la sustentan. También se pueden utilizar constructos cognitivos o maniobras concretas para crear fronteras nuevas.
Duración de la Interacción
Extender o alargar un proceso para incrementar su intensidad y como recurso para demarcar subsistemas o separarlos. En estas situaciones el contenido de la interacción importa menos que el hecho de que ella se produzca.
12. DESEQUILIBRAMIENTO
El desequilibramiento tiene la meta de cambiar el vínculo jerárquico entre los miembros de un subsistema. El terapeuta se utiliza así mismo para cuestionar y modificar la distribución del poder en el seno de la familia, el terapeuta puede entrar en coparticipación y apoyar a un individuo de la familia situado en un lugar inferior de la jerarquía, y le confiere poder en lugar de quitárselo. Desconoce la central de operaciones de la familia. Coparticipa con uno de los miembros en una coalición que ataca a otros. Estas operaciones estorban el reconocimiento de las señales por medio de las cuales los miembros de la familia se indican la corrección de su conducta interpersonal. Estas técnicas de desiquilibramiento presentan dos problemas, el primero de carácter ético y el segundo se refiere a las exigencias que impone al terapeuta. Finalmente estas técnicas se pueden agrupar en tres categorías, según las exigencias que planteen al terapeuta en materia de participación personal. El terapeuta se puede aliar con miembros de la familia, ignorarlos o entrar en coalición con unos contra otros.
Alianzas con miembros de la familia
El terapeuta confirma a las personas, resalta su lado fuerte y se convierte para ellas en una fuente importante de autoestima. La alianza esta destina a modificar la posición jerárquica de un miembro dentro del sistema familiar.
Alianza alternante
La alianza alternante puede producir un cambio en la pauta jerárquica de la familia y consiste en atribuir a cada subsistema pericias diferentes y complementarias, de esta forma en lugar de competir por la jerarquía se ensayan nuevas modalidades de relación en un marco más amplio.
Ignorar a miembros de la familia
Esta técnica demanda la capacidad de hablar y obrar como si ciertas personas fueran invisibles. Los miembros de la familia desconocidos se sienten cuestionados en su derecho de ser reconocidos; entonces se rebelan contra el terapeuta. Esta última interacción posibilita un realineamiento de las jerarquías familiares.
Coalición contra miembros de la familia
El terapeuta participa como miembro de una coalición contra uno o más miembros de la familia. Esta participación directa del terapeuta le impone poseer la capacidad de llevar adelante un enfrentamiento y utilizar su posición de poder para cuestionar y descalificar la pericia de un miembro de la familia. El éxito de esta estrategia exige que los miembros de la familia acepten que esta transformación es valiosa en beneficio de toda la familia. Cuando el terapeuta se coaliga con un miembro de la familia a fin de desiquilibrar un sistema, el puesto que ocupa dentro de la coalición organizará su conducta y es posible entonces que pierda perspectiva terapéutica. El único escudo capaz de proteger al terapeuta en una epistemología sistémica. Debe trabajar con la idea teórica y experimental de que la familia es un organismo único. Compuesto por una multiplicidad de individuos.
13. COMPLEMENTARIEDAD
Una de las metas de la terapia familia es ayudar a los miembros a que vivencien su pertenencia a una entidad que rebasa el si mismo individual. Lo anterior también apunta a modificar la relación jerárquica entre los miembros de la familia pero cuestionando la idea íntegra de jerarquía. Para lograrlo el terapeuta cuestiona la epistemología habitual de los miembros de la familia en tres aspectos, cuestiona el problema, cuestiona la idea lineal de que un miembro controla el sistema y cuestiona el modo en que la familia recorta los sucesos.
Cuestionamiento del problema
El primer cuestionamiento del terapeuta a la certidumbre de que existiría un paciente individualizado, con independencia del contexto, puede ser simple y directo. Por lo tanto observa los datos que arroja el sistema y los considera por referencia al modo en que las personas actúan y son activadas dentro de un contexto. De este modo se cuestiona la forma en la se experimenta la realidad y se introduce incertidumbre.
La familia puede reaccionar de distintos modos ya sea reafirmando la realidad que sustentan o extendiendo el problema a más de una persona. El terapeuta puede utilizar el trabajo de la paradoja para introducir confusión en la realidad de la familia, puede proponer que el síntoma se mantenga, puesto que contribuye a la salud de la familia como un todo.
Cuestionamiento del control lineal
Cuestionar la idea de que un solo miembro puede controlar el sistema familiar. Aquí se puede utilizar una técnica para apuntalar el concepto de reciprocidad de la conducta y consiste en exponer la conducta de un miembro de la familia y atribuirle a otro la responsabilidad de esa conducta. Esta técnica también se puede utilizar para señalar una mejoría.
Cuestionamiento del modo de recortar los sucesos.
Se cuestiona la epistemología de la familia introduciendo un concepto de un tiempo ampliado y encuadrando la conducta individual como parte de un todo más vasto. Algunas técnicas de índole cognitivo que se puede usar para este fin son: indicar a los miembros de la familia que sus interacciones están gobernadas por reglas y señalar el isomorfismo de las interacciones. De este modo el terapeuta tendrá que ampliar el foco de la atención de los miembros de la familia, enseñándoles a ver no cada movimiento, sino el conjunto de la danza. Deberán vivenciar la pauta integra, y no meramente la secuencia de la acción, respuesta y contrarrespuesta.
14. REALIDADES
Una familia no solo tiene estructura, sino un conjunto de esquemas cognitivos que legitiman o validan la organización familiar. La estructura y la estructura creída se apoyan y se justifican entre sí, y cualquiera de ella puede ser la vía de acceso a la terapia. Todo cambio en la estructura de la familia modificara su visión del mundo, y todo cambio en la visión del mundo sustentada por la familia será seguido por un cambio de la estructura. Al acudir a la terapia la familia presenta su percepción restringida de la realidad y quiere que se restaure su funcionamiento habitual; el terapeuta deberá ofrecer una realidad diferente utilizando los hechos que la familia reconoce como verdaderos para edificar un ordenamiento nuevo. Las fortalezas y las limitaciones son el cimiento de la reestructuración.
La concepción del mundo de la familia
La realidad parece ser la Rosa y el Fresno más el orden en que tú y yo la disponemos. Lo que reconocemos en los hechos es el significado que atribuimos al agregado de los hechos. Pero falta dar otro paso: la realidad se tiene que compartir con otros; con otros que la validen.
La elaboración de una concepción del mundo
Esta concepción del mundo validada socialmente encuadra a la realidad que encuadra a la persona. “el individuo se experimenta a sí mismo como tal, pero no de manera directa, sino solo indirectamente desde el punto de vista particular de otros miembros individuales del mismo grupo social global al que pertenece(…) el propio proceso social es el responsable del surgimiento del sí-mismo, que no existe como sí-mismo fuera de este tipo de experiencia”. El sí mismo en contexto es parte también del contexto de otros significativos. La familia es la media social donde las reglas sociales se cortan a la medida de la experiencia específicamente individual y por esta razón es la familia donde se puede investigar las características orgásmicas del individuo en contexto.
Validación de una concepción del mundo
El modo en que la familia elabora y valida su estructura es análogo al proceso por el cual la sociedad crea sus instituciones. Peter Berger y Thomas Luckman distinguen cuatro niveles de legitimación de las instituciones sociales: simple vocabulario o la presentación de la realidad por medio del lenguaje (la forma en que la familia emplea las palabras), mediante esquemas explicativos que confieren sentido a los hechos (mitos e historia familiar que organizan tanto presente como futuro); estos dos esquemas son pragmáticos y se relacionan con la acción concreta. El tercer nivel es la legitimación que contiene la teoría explicita y proporciona el marco de referencia para la conducta, finalmente el cuarto nivel de legitimación del universo simbólico, que integra en una totalidad diferentes provincias de sentido.
Cada uno de estos niveles encuentra su análogo en la elaboración de la concepción del mundo de la familia y todos ofrecen un abordaje terapéuticos que permite cuestionar el modo en que la familia valida su realidad.
Cuestionamiento de la concepción del mundo
El terapeuta procura presentar alguno de los diferentes universos parciales que se sitúan fuera del núcleo básico de universo de la familia y que sus miembros ignoran. Él sabe que éstos interpretan la realidad de la familia desde la perspectiva de los holónes que constituyen. Por lo tanto la interpretación de los universos transmitidos y de la atipicidad es una cuestión de perspectiva. Y es posible modificar las perspectivas. Las concepciones alternativas no se deben encuadrar en un mundo diferente; la gente tiene miedo a lo nuevo. Algunas técnicas que permiten cuestionar la manera en que la familia legitima su estructura son: el empleo de constructos cognitivos, el uso de paradojas y la búsqueda de lados fuertes de la familia.
15. CONSTRUCCIONES
La familia ha construido su realidad presente en un proceso de organización de los hechos que iban manteniendo sus ordenamientos, institucionales. La familia eligió un esquema explicativo preferencial y este puede y debe ser cuestionado y modificado, lo que pondrá al alcance de la familia modalidades nuevas de interacción.
El terapeuta empieza por aflojar la rigidez del esquema preferencial, desestima algunos hechos que la familia presenta y selecciona la realidad terapéutica con arreglo a la meta terapéutica. El terapeuta organiza el campo de la intervención y su aporte puede llegar a modificar la explicación que la familia da de su realidad. La libertad del terapeuta está determinada por su propia biografía y la estructura familiar. Las técnicas para modificar la realidad de la familia se agrupan en tres categorías principales: utilización de símbolos universales, de verdades familiares y el consejo profesional.
Símbolos universales
La fuerza de las construcciones universales reside precisamente en que se refieren acosas que todo el mundo conoce, el terapeuta recurre a ellas para edificar una realidad diferente
Verdades familiares
El terapeuta presta atención a las justificaciones que la familia aduce para sus interacciones y utiliza su misma concepción del mundo para extender su misma modalidad de funcionamiento.
Consejo especializado
El terapeuta presenta una explicación diferente de la realidad de la familia y la basa en su experiencia conocimiento o sabiduría. Puede desplazar las posiciones de explicación o interpretar la realidad de los diferentes miembros y apoyar la atipicidad. Regularmente las prescripciones se hacen cuando se trabajan con paradojas donde el terapeuta está en la posición de especialista.
16. PARADOJAS
El empleo de las paradojas se basan en tres supuestos: la familia es un sistema autorregulador, el síntoma es un mecanismo de autorregulación y la resistencia al cambio que es consecuencia de los dos anteriores. Como el síntoma se utiliza para regular un aparte disfuncional del sistema, si el síntoma es eliminado, esa parte del sistema quedará sin regulación. Las paradojas se emplean como instrumento clínico para enfrentar la resistencia y evitar una lucha de poder entre la familia y el terapeuta. No se trata de eliminar el síntoma sino saber qué sucederá cuando se lo elimine, el tema terapéutico pasa del problema al modo en que la familia podrá sobrevivir sin él.
Las intervenciones se pueden clasificar como directas o basadas en la aceptación, por el hecho de que el terapeuta espera que la familia las aceptara y como paradójicas o basadas en el desafío.
Intervenciones directas basadas en la aceptación
Se entienden los consejos, explicaciones, sugerencias, interpretaciones y tareas destinadas a que se las tome libremente y se las respete como se las prescribió. Su objetivo es modificar de forma directa las reglas y los roles de la familia.
Intervenciones paradójicas basadas en el desafío.
Es paradójica porque al obedecerse se obtiene se obtiene lo opuesto de lo que se desea pretender. Su éxito depende de que las familias desafíen las instrucciones del terapeuta u obedezca a ellas hasta un grado tan absurdo que se vea obligada a retroceder. Su objetivo es la interacción oculta que se expresa en un síntoma. Las técnicas más utilizadas para idear y aplicar una paradoja son la redefinición, la prescripción y la restricción. La redefinición modifica el modo en que la familia percibe el problema posteriormente se prescribe como conclusión inevitable de la lógica de la propia familia aquel mismo ciclo de interacción que es el que produce el síntoma. Para prescribir este ciclo es prerrequisito un conocimiento amplio de la relación entre el síntoma y el sistema y el modo en que se activan entre sí. Los dos errores más comunes son prescribir el síntoma sin conectarlo con el sistema o limitarse a solo prescribir el síntoma.
Inversiones basadas en aceptación y desafío.
El terapeuta imparte directivas a un miembro de la familia para que invierta su actitud o su conducta en un aspecto decisivo, con la esperanza de provocar de ese modo una respuesta paradójica en otro miembro de la familia. Esta intervención se utiliza cuando se tiene la impresión de que un segmento de la familia es capaz de invertir una posición nuclear que afectará a otro segmento.
El grupo de consulta como coro griego.
La utilización de un grupo de consulta como refuerzo de intervenciones del terapeuta. El grupo está compuesto de colegas que se turnan observándose detrás de un falso espejo y hacen comentarios en el momento sobre la interacción de la familia y el terapeuta
Fidelidad a la paradoja sistémica
Después de formulada y pronunciada la paradoja sistémica se presenta la difícil tarea de mantenerse fiel a ella.
17. LADOS FUERTES
Por desdicha los terapeutas no han asimilado el axioma. Rendimos tributo, sí, a los lados fuertes de la familia y nos referimos a ellos como la matriz del desarrollo y la cura. Por el contrario localizamos la perturbación psicológica, la clasificamos y la erradicamos, somos expertos certificados en defender lo normal mediante la elaboración y el sustento de una tipología que encuadra la atipicidad como enfermedad mental.
Los defectos de la familia.
La terapia familiar no pretende categorizar a las familias como normales o atípicas, los terapeutas familiares saben que el ser humano s un holón pero en algún sentido la pertenencia indispensable a ese holón se concibe como derrota: una pérdida de individualidad.
Aportes de la familia
Milton Erickson apuntaba en su trabajo con individuos que estos poseen un reservorio de sabiduría aprendida y olvidada, pero siempre disponible. Las familias acuden a un terapeuta especializado cuando están atascadas en un situación que demanda cambios cuya posibilidad ellas no advierten en su repertorio, en ese momento concentran las dificultades en uno de sus miembros y reducen la búsqueda de alternativas por que la han definido como atípico. Si se cuestiona esta visión de las cosas y se enfoca en las capacidades curativas contenidas en la familia, el resultado puede ser una transformación de la realidad aprehendida por aquella.
Alternativas de interacción
El terapeuta no debe aceptar los estereotipos disfuncionales presentados por la familia. Los componentes disfuncionales no son más que los segmentos del integro potencial de la familia que están más al alcance del organismo familiar en la situación por la que atraviesan.
18. MÁS ALLA DE LA TÉCNICA
Más allá de la técnica está la sabiduría, que es el conocimiento de la conexión que une las cosas entre sí. “la sabiduría –sostiene Gregory Bateson- no sólo exige conocimiento de los hechos que atañen a los circuitos, sino un conocimiento consciente, con raíz en la experiencia tanto intelectual como afectiva, que sea la síntesis de ambas”. Cuando las técnicas se guían por esa sabiduría, la terapia se convierte en arte de curar.
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